domingo, 15 de septiembre de 2013

¿Es difícil aprender idiomas?



Por muy extraño que nos resulte, la mayoría de los habitantes del planeta son bilingües o plurilingües, a pesar de que menos de un cuarto de los actuales países del mundo lo sean oficialmente.
La aptitud especial para aprender idiomas diferentes no tiene siempre relación directa con lo que llamaríamos inteligencia general. No todas las personas inteligentes tienen la capacidad de aprender idiomas, ni todos los que tienen gran facilidad para los idiomas se destacan en otras áreas que abarca el concepto de inteligencia.
Se ha aventurado que el talento para aprender lenguas está asociado a una organización neurológica algo distinta, como los zurdos o la organización cerebral bilateral. Lo que sí está comprobado es que se necesitan habilidades como la memoria asociativa, un rápido dominio de nuevos códigos (o sea, descubrir regularidades y relaciones entre las palabras) o un buen oído para las claves fonéticas.
¿Cuáles son tus habilidades? Carmen Muñoz publicó en su libro Aprender idiomas, (Paidós, Barcelona, 2002) unos ejercicios para conocer la aptitud individual para los idiomas. Aquí van:
Primer ejercicio:
Paso 1: Tratemos de memorizar en tres minutos las palabras siguientes que corresponden a una lengua extranjera.
leka                jugar
tinga              encargar
gredelin          lila
gnola              canturrear
köping            pueblo
tillgjord           amanerado
knäcka            romper
löpa                correr
dolsk              insidioso
tjocklek          gordura
fattigdom       pobreza
körsbär           cereza

Paso 2: después de memorizar las palabras anteriores, unamos cada palabra con su equivalente correcto en español, escogiendo una de las cuatro opciones:

a.tjocklek      
- jugar - gordura  - pueblo   - pobreza
b.knäcka                
- romper     - correr -canturrear   -encargar                        
c.gredelin
- insidioso   -amanerado   - lila    -cereza
d.gnola                   
- canturrear    -romper   -cereza   -encargar
e.löpa
-cereza - lila    -jugar            - correr
f.leka
- jugar - amanerado   -pueblo   -insidioso


Segundo ejercicio:
Hay que descubrir cuál de las cuatro palabras señaladas en cursiva en las frases b tiene la misma función gramatical que la palabra que aparece en cursiva en la frase a (¡tomémonos nuestro tiempo!):

1.a. El ejemplo ilustra la idea de convertir la escuela y sus actividades en un contexto significativo.
1.b. Al final, aprendizaje lingüístico e integración social constituyen una unidad que se    opone a la asimilación.

2.a. Ello nos obliga a todos a pensar de nuevo en las prioridades de los ciudadanos.
2.b. El aspecto topológico remite a las propiedades del espacio físico de la interacción.

3.a. El duque fue enviado ante Su Majestad para disculpar a su señor por aquel hecho de grandes consecuencias.
3.b. Nunca perdonaron al joven ejecutivo que les abandonara para trabajar con la competencia.

Respuestas:
Primer ejercicio: a.gordura, b.romper, c.lila, d.canturrear, e.correr, f.jugar.
La lengua usada es el sueco y en el test real la lista de palabras es de 24 elementos.
Segundo ejercicio: 1. unidad, 2. propiedades, 3. trabajar
Las personas que han estudiado más gramática o que la tienen más fresca, tienen más posibilidades de contestar correctamente.

Si el resultado de estos tests no fuera positivo, no te preocupes, igualmente es posible aprender a aprender idiomas, puesto que todas las personas que han aprendido una primera lengua pueden aprender una segunda y una tercera si planteamos el aprendizaje como una cuestión de prioridades, dedicándole el tiempo necesario. Sin embargo, en este proceso también inciden factores que, a priori, no podemos controlar, como el nivel cultural de las familias o la influencia de la personalidad. Resultan muy positivas, con relación al aprendizaje de idiomas, cualidades como la extraversión, la alta autoestima, la alta disposición a correr riesgos, la insensibilidad al rechazo social, la tolerancia hacia la ambigüedad y la baja ansiedad, que surtirán efecto si van de la mano de los factores principales: la motivación y el esfuerzo. Ello nos proporcionará, casi con total seguridad, buenos resultados, que contribuirán a alimentar nuestra voluntad y persistencia.
Para saber más sobre la propia motivación, les paso el siguiente test:

Señala la respuesta con que más te identifiques en cada caso: mucho/indiferente/nada.


Mucho
Indiferente
Nada
1.Me gusta hacer los ejercicios que me dan en la clase de idioma



2. Me encantaría haber nacido en el país en el que se habla el idioma o tener amigos allí.



3. Si aprendo bien un idioma, tendré mayores posibilidades de encontrar un buen trabajo.



4. Siempre la pasé bien en las clases de idiomas.



5. Los hablantes nativos del idioma no me caen bien y no me gustaría que me confundiesen con uno de ellos.



6. Cuando saco buenas notas o el profesor me felicita en clase, aumenta mi interés por aprender la lengua.



7. Un posible ascenso en mi trabajo depende de mi dominio del idioma.



8.Cuando vi lo difícil que es aprender el idioma, me desmotivé mucho,



9. Me satisface enormemente poder comunicarme en el idioma extranjero en la vida real.



10. Necesito este idioma para mis estudios.



11. Admiro la cultura (la literatura, el cine, la música) que se ha creado en este idioma.



12. Mi interés aumenta si me dan alguna compensación o algún premio cuando obtengo buenos resultados.




Respuestas:
*Si la respuesta es Mucho en las preguntas 1, 4 y 9: tenés una motivación envidiable y seguramente llegarás muy lejos en el aprendizaje. Tu motivación es de tipo intrínseco: gozas con las actividades que el aprendizaje comporta y no necesitas que te refuercen o premien por tu conducta.
*Si la respuesta es Mucho en las preguntas 6 y 8: puedes tener una gran motivación en ciertos momentos, pero es inestable y puede desaparecer ante un resultado flojo. Tu motivación es de tipo resultativo: se alimenta con los triunfos y se resquebraja con los fracasos.
*Si la respuesta es Mucho en las preguntas 2 y 11 y Nada en la 5: tenés una actitud frente a los hablantes nativos que puede ayudarte mucho a motivarte a aprender. Tu motivación es de tipo integradora: con interés genuino por la gente y la cultura representadas por esa lengua.
*Si la respuesta es Nada en las preguntas 2 y 11: todavía se puede tener una buena motivación para aprender el idioma, especialmente si es extranjero, ya que no comporta la convivencia intensa con los hablantes nativos.
*Si la respuesta es Mucho en las preguntas 3, 7, 10 y 12: sos consciente de que te interesa aprender la lengua para obtener unos objetivos bien determinados. Quizás no te interesa mucho el idioma en sí y esto puede ser perjudicial en algún momento. Tu motivación es de tipo instrumental: se sostiene por incentivos externos. Pero si además contestaste positivamente a alguna de las frases 1, 4 y 9, no hay problema, porque se conjugan  intereses internos y externos y podés llegar muy lejos.
* Si tus respuestas no se agrupan de ninguna de las maneras anteriores, tal vez no tengas un perfil de motivación claro. En ese caso hay que analizar qué tendencia se muestra más fuerte en tus respuestas.


Todas las personas tienen un estilo más o menos determinado de aprender un idioma, en el que influyen ciertas habilidades junto a la personalidad. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a ciertas tareas específicas ponemos en marcha unos mecanismos de aprendizaje u otros, unas estrategias de muy diversa índole (cognitivas, de memoria, de compensación, metacognitivas, afectivas o sociales) que facilitan el cumplimiento de nuestro objetivo. A éstas habría que sumar las estrategias de comunicación que activamos a la hora de conversar en una segunda lengua, como pueden ser el dar un rodeo, hacer una definición de la palabra que no encontramos o simplemente pedir abiertamente la colaboración de nuestro interlocutor.

Más adelante hablaremos de la cuestión de cuándo es mejor aprender un idioma y en qué contexto.

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